Este centenario es un hito que trasciende el fútbol, evocando recuerdos imborrables como la Hazaña de la Plata, las finales de la Copa Libertadores en los años 90 y la inolvidable chilena de Víctor Ephanor. Momentos que llenan de nostalgia a los barcelonistas, marcando una época gloriosa en la historia del club.
Sin embargo, un equipo tan grande como Barcelona no puede vivir únicamente del pasado. Hoy, más que nunca, tiene la obligación de recuperar la senda triunfadora y darle una nueva alegría a su hinchada en un año cargado de presión, el del centenario.
El reto no es menor. La hinchada exige un equipo competitivo, con ambición y resultados, capaz de estar a la altura de su historia. Este aniversario no debe ser sólo una celebración de los logros pasados, sino un llamado a construir un futuro a la altura de su legado. Títulos, actuaciones memorables y una gestión sólida deben ser el objetivo para devolver a Barcelona el lugar de protagonismo que merece, tanto en Ecuador como en el continente.
PÁGINAS DORADAS
La década de los 80 marcó la era más gloriosa de Barcelona Sporting Club. En esos años, el equipo escribió páginas doradas al consagrarse campeón nacional en cinco ocasiones y sumar dos subcampeonatos. En 1990, Barcelona rompió barreras y alcanzó un logro histórico, se convirtió en el primer equipo ecuatoriano en llegar a una final de Copa Libertadores. En un tiempo en que los torneos internacionales parecían inalcanzables para los nuestros, los canarios abrieron el camino al llegar a instancias decisivas. Aunque Olimpia de Paraguay les arrebató el sueño de levantar el trofeo, su hazaña marcó un antes y un después en el fútbol nacional.
Ocho años después de su histórica final de 1990, Barcelona Sporting Club volvió a causar furor en Guayaquil y en gran parte del país. En 1998, el Ídolo del Astillero se convirtió nuevamente en el orgullo ecuatoriano al llegar a una final de la Copa Libertadores, un hito que llenó de esperanza a miles de hinchas.
El rival fue el poderoso Vasco da Gama de Brasil, un equipo que demostró su superioridad en la cancha y se quedó con el trofeo, apagando el sueño de los canarios de conquistar América. Sin embargo, esa final marcó un nuevo capítulo en la historia del club, consolidando a Barcelona como el único equipo ecuatoriano en disputar dos finales continentales hasta ese momento.
¿EL MEJOR BARCELONA DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS?
Para todo barcelonista, el recuerdo del equipo de Guillermo Almada en el campeonato 2016 y la semifinal de la Copa Libertadores 2017 es motivo de orgullo y nostalgia. Muchos lo consideran el mejor Barcelona de la historia reciente, y no es para menos.
Ese equipo no sólo logró levantar el título nacional tras una sequía de años, sino que también maravilló a Ecuador y al continente con su estilo de juego. Intenso, veloz, y físicamente impecable, aquel Barcelona se destacaba por su capacidad de presionar en todo el campo y su verticalidad para atacar. Los triunfos históricos en la Libertadores, como las victorias sobre Palmeiras y Santos en Brasil, consolidaron a Almada y sus dirigidos como un equipo para el recuerdo.
Desde entonces, la vara quedó demasiado alta. Ningún entrenador ha logrado llenar el vacío que dejó el uruguayo ni devolver al ídolo la identidad que tanto disfrutaban sus hinchas. Su filosofía marcó un antes y un después, y aún se espera que alguien pueda replicar o superar ese nivel.
‘CHIMICHURI’ DE CALIDAD
Desde que asumió la presidencia de Barcelona Sporting Club, Antonio Álvarez no ha estado exento de polémicas. Entre sus primeras declaraciones, prometió que el equipo estaría a la altura de competir en la Copa Libertadores, pero una eliminación temprana puso en duda sus palabras. Además, aseguró que bajo su gestión no habría lugar para refuerzos de bajo nivel, conocidos coloquialmente como ‘chimichurri’.
Sin embargo, las incorporaciones realizadas hasta ahora han dejado mucho que desear, con jugadores que pasaron sin mayor impacto y técnicos como Diego López y Ariel Holan que abandonaron el cargo tras desempeños discretos y resultados insuficientes.
En esta temporada del centenario, la presión es mayor que nunca. Álvarez tiene la oportunidad de redimir su gestión trayendo refuerzos de calidad, independientemente de su nacionalidad. Si apuesta nuevamente por jugadores extranjeros, será fundamental que estos sean verdaderas figuras capaces de marcar la diferencia, elevando el nivel competitivo del club.
